Autor: Martínez Montañés
Estilo: Barroco español
Año de creación: 1640
Representación de Felipe IV quién fue rey de España a caballo donde su postura y, la embergadura de la estatua en general, la convierten en un síntoma de grandeza y poder.
Nos hallamos en la plaza de Oriente de Madrid, capital de España, ante una obra escultórica en homenaje a Felipe IV quien fuera un rey muy representativo en España.
Esta pieza tallada en bronce por Martínez Montañés, fue diseñada por Velázquez, fundida por Pietro Tacca y Galileo se encarga de hallar los cálculos para mantener la figura en pie.
La obra se realiza en barro en primera estancia para después hallar, con consentimiento de Felipe IV , la figura final en bronce fundido. Es una escultura con bastante complejidad ya que, como primer problema destaca el centro de gravedad que forma el triángulo de las patas traseras apoyadas, las delanteras en el aire y el cuerpo en el centro de la figura por lo que fue atornillada a la superficie.
En cuanto a la terminación, podríamos decir que tanto el cuerpo como el caballo están evidentemente realizados con gran resplendor y con una postura mu conseguida, mientras que la expresividad del rostro del rey no es de su agrado por su poca semejanza según el mismo Felipe IV.
El que el representado lleve una especie de bengala en la mano, transmite, junto a su robusta postura con la cabeza y el torso la muestra de una actitud poderosa mediante la cual se quiere conseguir una estatua de gran importancia que represente la grandeza del paso de Felipe IV por ello, intervienen numerosas personalidades del mundo del arte y las ciencias mencionados anteriormente.
Como antecedente importante está claramente la pintura de Velázquez, quien, interviene en la obra también y, quien junto a sus otros colaboradores hace que la pintura sea representada tridimensionalmente y fundida en bronce.
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